Un grito para despertar a los dormidos, para despertar a los esclavos de los terruñeros fascistas, de los nacionalistas que pretenden devolvernos a los reinos medievales de taifas

Tecnicas de boicot nazis y fascistas

Por Lázaro Covadlo

La reciente agresión, en Girona, contra Arcadi Espada y otros miembros de Ciutadans de Catalunya, cuando iban a celebrar un mitin contra el Estatut, suscitó una sesuda discusión entre mi amigo Marc Llorens, poeta, psicólogo e historiador aficionado y un servidor. Sostiene Llorens que el ataque físico y moral de la banda nacionalista sigue las pautas de provocación ideadas por Joseph Goebbels para ser utilizadas por el NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán), sobre todo en el detalle de tildar de fascistas a sus oponentes, lo que responde al goebbelsiano: Principio de simplificación del enemigo único, consistente en individualizar al adversario como único enemigo; al Principio de método de contagio, que trata de reunir diversos adversarios en una sola categoría, y, sobre todo, al Principio de transposición, cuya técnica se basa en cargar sobre el adversario los propios defectos. De acuerdo con esta metodología no es de extrañar que los fascistas llamen fascistas a sus oponentes.

No me parece desacertada la teoría de Llorens, pero hay un par de puntos en los que disiento: en primer lugar debe tenerse en cuenta que Goebbels, aunque formara parte del más siniestro conjunto de asesinos que parió la historia, no dejaba de ser un intelectual habituado a la utilización de la palabra y las imágenes (incluso quienes se sostienen en pensamientos tarados son intelectuales, mal que les pese), mientras que los matones que atacaron a Arcadi Espada, cortos de vocabulario (también en catalán), de ideas y quién sabe de qué más, parecen hallarse muy lejos del mundo cerebral. En tal sentido, y evocando los hermosos y complejos diseños neuronales que abocetara don Santiago Ramón y Cajal, podría suponerse que el circuito sináptico de los integrantes del rufianaje nacionalista representa poco más que una tosca esvástica. De ser así, el accionar de los matones nacionalistas es más cercano al de las huestes de la sturmabtilung, los camisas pardas de las SA comandados por Ernest Rhöm, que terminaron masacrados por orden de Hitler en la célebre «noche de los cuchillos largos», muchos sorprendidos en medio de orgías de enculamientos mutuos.Cosas de nazis.

Para los que no estén al tanto: el accionar de los camisas pardas consistía más que nada en dar palizas (apoyados en el número) y boicotear actos públicos de los partidos democráticos. Los nazis acérrimos jamás se plantearon oponerse a las ideas con ideas y a los discursos con discursos, eso era una mariconada de las democracias decadentes: los nazis siempre prefirieron la metodología de bofetadas y garrotes que postula, entre otros, el bueno de Sergi Sol i Bros (a propósito: ¡cómo maltrata este hombre el hermoso idioma catalán!).

Antes de que Hitler subiera al poder y antes de ser pasados a cuchillo, los camisas pardas contaron con la neutralidad de la policía de Von Papen. ¿Cualquier símil con la actitud de los Mossos d'Esquadra en los recientes sucesos de Girona es mera coincidencia?