Un grito para despertar a los dormidos, para despertar a los esclavos de los terruñeros fascistas, de los nacionalistas que pretenden devolvernos a los reinos medievales de taifas

Follarse a la derecha: el sueño de la izquierda

Por Pilar Castro-Villalba.

No saben muchos que, en esto del sexo, ahora, se lleva el ni tan siquiera preguntar como te llamas y como se puede llegar al final "en tu casa o en la mia" -de los papases, claro- y así recuperar la paz y la gloria que llegan juntas a tan necesaria forma de vivir uno de los impulsos mas fuertes y naturales del ser humano.

Por tanto, utilizar politicamente la coyunda para asustar a la posible y frigida derecha , parece a estas alturas como un tanto ridídículo o mejor aún, hasta divertido.

Lo malo del asunto es que, con este sentido de lo profundo, de lo que de verdad interesa al pueblo, van a llegar unos cuantos iluminados progresitas a su modo, que nos van a decir como y de que manera deberemos vivir, actuar y andar por la vida a golpes de leyes, obligaciones y demás, que ademas, no van a poder ser llevadas a la practica por que el final, nadie ha pensado como debe ser el papel para imprimir dichas leyes y se quedan en eso: un borrador del cuaderno de notas electrónico del Parlament.

Pensar así de los que dicen tener la llave de la verdad y la justicia, del secreto de la vida, no es nada del otro mundo.

Cada dia, a cada momento, en cada intervención, en las cosas cotidianas nos están dando el perfil que les caracteriza y que además lo hacen -si no fuera tan triste- un tanto especial y bufónico.

Hoy sin ir mas lejos encuentro en una respuesta del Sr. Carod publicada en un periódico, la Vanguardia, algo digno de ser analizado y con los resultados en la mano poner al personaje en su sitio.

Resulta que, el Sr. Carod a la pregunta ¿Sabe cual es el pescado fresco de esta temporada? contesta: "No le sabría decir. Pero si noto al instante, desde pequeño, si el pescado es, no ya fresco, sino del día".

¡Dioses!. ¡Otra vez asoma, el Sr., Carod la patita! Con paladar tan exquisito, comprendo perfectamente su lucha para que los pobres, lo que no podemos -yo no puedo con la pensión que tengo- comer, cada día y nada más ser pescados, toda clase de peces y mariscos.

Debería firmarlo ante notario: Comprometerse que comeremos, los pobres, el pescado de la barca a la mesa, en el mismo día...

Ya, a estas alturas, no recuerdo el sabor del pescado fresco y el congelado entra en mi casa una o dos veces a la semana.

Esta anecdota del Sr. Carod, que por lo que veo ha comido siempre pescado fresquiiiiisimo, desde su mas tierna infancia, acaso cuando otros pasaban hambre, me recuerda otra anécdota que se contaba en mi casa como exponente de una forma de estar en el mundo lejos de la cultura cotidiana, de la cultura lógica y de la humildad.

En el puesto de huevos, una señora le dice a la dependienta: Nena, por favor, dame huevos rubios que si me los das blancos, el nene -35 años- me dice: Mama, -sin acento- este huevo no es el de siempre.

Por lo que veo el paladar es cuestión de cáscara.

Lo malo, lo terrible, lo inquietante es que esos que no saben que los huevos son lo mismo con cascara blanca o cascara rubia, nos lleguen a gobernar.

No quiero, bajo ningún concepto, olvidarme de la "bienvestida" Sra. Mayol, que el domingo pasado presumía que a "su Joan se le notaba que era hijo de un anarquista"

Otra vez: ¡Dioses!. A la única persona que se le notó que era anarquista, con clase y tronío fue "Madamme L" -otra película- en la que Sofia Loren, la esposa de una anarquista, Paul Neuman. supo apañarse con un lord inglés, impotente, al que le da 9 o 10 hijos de D. Paul, para salvar a su marido.

De todas formas, Sra. Mayol, Doña Imma, por líricos que fueran los sueños de los anarquistas, se llevaron por delante, decretaron penas de muerte sin juicio previo a unos cuanos inocentres que no sabían ni entendía de ideales tan magnos y rígidos.

¿Dentro de 100 años, podrán nuestros herederos presumir que fueron asesinos de Eta, nazis o stalinistas?